La Escuela Zapatista por el Dr. Eduardo López Mota

El doctor nos compartió su experiencia contrastando el sistema educativo tradicional con el modelo zapatista, resaltando aspectos clave que invitan a reflexionar sobre la educación como un mecanismo que puede ser neutral o transformador.

(Figura 1. Escuela Zapatista)
Uno de los puntos más reveladores fue la discusión sobre la estratificación social en el ámbito educativo. Se destacó cómo la procedencia y la institución donde una persona estudia condicionan, muchas veces, su valor social. Por ejemplo, un docente egresado de una universidad prestigiosa suele recibir mayor reconocimiento que uno formado en una Escuela Normal, aunque ambos tengan el mismo compromiso y capacidad. Este sesgo social, profundamente arraigado, se reproduce constantemente dentro del sistema educativo y limita las oportunidades reales de muchos profesionales.

Otra reflexión importante giró en torno al género y la educación. Durante años, la escuela ha sido un espacio donde las mujeres han sido marginadas o subestimadas, no por falta de talento, sino por
prejuicios y desigualdades estructurales. Aún hoy, muchas decisiones educativas no consideran estas desigualdades, y es fundamental que, como futuros docentes, trabajemos para transformar esta realidad. La educación debe ser un espacio de equidad, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas, sin importar género, clase social o cultura de origen.

El enfoque de la Escuela Zapatista, tal como explicó el Dr. López Mota, representa una ruptura con el modelo capitalista tradicional. En este sistema, la comunidad es el eje principal del proceso educativo. No son las instituciones externas las que dictan qué y cómo enseñar, sino los propios actores de la comunidad, quienes definen contenidos y métodos basados en sus necesidades, historia y visión del mundo.

La verdadera transformación educativa comienza cuando dejamos de imponer y empezamos a dialogar, cuando miramos al otro no como un objeto pasivo de enseñanza, sino como un sujeto con voz, historia y dignidad. De esta manera, la educación deja de ser una herramienta de opresión para convertirse en un camino hacia la libertad y la justicia social.


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