Autores importantes en la filosófica y la sociología
Sócrates (470/469–399 a.C.) – El origen del pensamiento ético y crítico
Sócrates es considerado uno de los pilares fundacionales de la filosofía occidental. A diferencia de los pensadores anteriores, no dejó obras escritas; su legado fue transmitido por sus discípulos, especialmente Platón. Su gran contribución a la filosofía fue el método socrático: un estilo de diálogo que, a través de preguntas y respuestas, buscaba guiar al interlocutor hacia el conocimiento y la verdad. Sócrates afirmaba que el alma era el núcleo del ser humano, sede del pensamiento y los valores éticos, y que el propósito de la educación era conocerse a uno mismo. Su pensamiento influyó profundamente en la ética, la política y la pedagogía, sentando las bases del pensamiento reflexivo y crítico que aún hoy guía la labor docente.
Platón (424/423–348/347 a.C.) – El idealismo y la educación como liberación
Discípulo de Sócrates, Platón profundizó en el valor del conocimiento y la importancia de formar ciudadanos justos. Su teoría de las Ideas o Formas sostiene que el mundo sensible es una copia imperfecta del mundo inteligible, donde habitan los conceptos universales. Para Platón, educar consistía en ayudar al alma a recordar ese conocimiento perfecto. La Alegoría de la Caverna simboliza su visión: el maestro debe guiar al alumno fuera de la oscuridad de la ignorancia hacia la luz del conocimiento. Fundó la Academia, primera gran institución educativa del mundo occidental. Su pensamiento muestra que la educación no es solo transmisión de contenidos, sino un proceso filosófico de transformación del ser.
Aristóteles (384–322 a.C.) – Ciencia, lógica y educación integral
Discípulo de Platón y maestro de Alejandro Magno, Aristóteles aportó una visión más empírica y sistemática del conocimiento. Fue pionero en numerosas disciplinas: lógica, biología, política, ética, retórica y pedagogía. En filosofía de la educación, propuso que el fin último del ser humano es alcanzar la eudaimonía (vida plena), y que la educación debe desarrollar todas las capacidades del individuo: intelectuales, éticas y prácticas. Consideraba que el aprendizaje debe estar basado en la experiencia, la observación y el razonamiento. Contribuyó además a sistematizar la enseñanza como disciplina, estableciendo principios para el análisis del saber, el método científico y la formación del carácter.
Graciela Hierro (1928–2003) – Filosofía crítica, ética y género
Filósofa mexicana fundamental en el desarrollo de la filosofía de la educación y la filosofía feminista en América Latina. Su obra plantea que la filosofía debe servir para analizar críticamente los fines, medios y valores de la educación. Defendió una postura ética desde la libertad, la autonomía y la dignidad humana. Propuso que las preguntas sobre qué, cómo y para qué enseñar deben abordarse desde un enfoque político y ético, reconociendo que educar nunca es neutral. Introdujo el enfoque de género en la reflexión filosófica y educativa, y luchó por visibilizar el papel de las mujeres tanto en el pensamiento como en la práctica docente. Fue pionera en proponer una educación centrada en la justicia, la equidad y el pensamiento crítico.
Karl Marx (1818–1883) – Educación y lucha de clases
Filósofo, economista y sociólogo alemán, fundador del materialismo histórico. Marx analizó cómo la estructura económica de la sociedad determina las relaciones sociales, políticas e ideológicas. En su visión, la educación es parte de la superestructura que puede reproducir la desigualdad impuesta por la clase dominante. Sin embargo, también puede convertirse en una herramienta de liberación si logra generar conciencia crítica en las masas. Marx denunció cómo la escuela, bajo el capitalismo, forma trabajadores obedientes y no ciudadanos libres. Su pensamiento influyó en pedagogías críticas que proponen transformar la escuela en un espacio de lucha social, centrado en la emancipación y la justicia.
Max Weber (1864–1920) – La escuela como institución racional
Sociólogo alemán reconocido por sus estudios sobre el poder, la racionalización y la burocracia. En el ámbito educativo, Weber analizó cómo la escuela moderna responde a las exigencias del sistema capitalista. En su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo, mostró cómo las creencias religiosas pueden influir en el desarrollo económico y social. Para Weber, la educación institucionalizada forma parte de un sistema racional que capacita, clasifica y legitima a los individuos según las necesidades del mercado. Su concepto de “autoridad legítima” y su análisis del rol del docente dentro d
e la burocracia escolar siguen siendo claves para comprender el funcionamiento actual del sistema educativo.
Émile Durkheim (1858–1917) – Educación como hecho social
Uno de los padres fundadores de la sociología moderna. Durkheim fue el primero en establecer la sociología de la educación como disciplina académica. Sostenía que la educación cumple una función social: transmitir normas, valores y creencias colectivas necesarias para la cohesión y el orden social. En su obra La educación: su naturaleza y su función, afirmó que la escuela es un “medio moral” que moldea al individuo para adaptarse a las exigencias de la sociedad. También mostró cómo las instituciones educativas reflejan el tipo de sociedad que las produce. Su visión estructural-funcionalista ayuda a entender cómo la educación conserva o transforma los valores colectivos.
Emilio Tenti Fanfani (1945– ) – Sociología crítica del oficio docente
Sociólogo argentino contemporáneo especializado en educación. Sus estudios se enfocan en el papel de la escuela como institución social compleja. Sostiene que la educación no solo enseña contenidos, sino que también organiza relaciones de poder, distribuye oportunidades y define trayectorias sociales. Tenti Fanfani estudia la condición docente: cómo se construye la identidad del maestro y qué tensiones enfrenta dentro del sistema. Ha investigado los desafíos de la desigualdad educativa y el rol que debe tener el docente como mediador entre la política educativa, la cultura escolar y la vida social. Su enfoque es fundamental para repensar la profesión docente desde una perspectiva crítica y comprometida.
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